martes, 14 de mayo de 2013

EL INTRUSO

La historia del otro día me ha gustado bastante y he querido hacer otra historia, pero esta vez nada que ver con la anterior. Esta vez quiero hacer una historia de terror y suspense.


EL INTRUSO

Cuando desperté, noté un fuerte dolor en la cabeza, que durante unos segundos se hizo realmente fuerte, tanto que me hizo abrir los ojos. Al abrirlos, el dolor por arte de magia desapareció. 

Todavía con el cansancio en el cuerpo, intenté acostumbrarme al lugar en el que estaba. Todo lo que podía ver era oscuridad. Empecé a notarme las manos y los pies, y decidí incorporarme, de forma lenta. Al levantarme, pude ver una ventana a mi derecha, que dejaba entrar la leve luz de la luna. El lugar en el que me encontraba parecía una cocina corriente, ya que podía distinguir una encimera a escasos centímetros de la ventana. Todavía dolorido, levanté el estor de la ventana y pude ver un gigantesco bosque que se extendía rodeando la casa: a la derecha, vi la puerta, y un camino que penetraba en el bosque, pero no podía ver el final. Debían de ser las tres o las cuatro de la madrugada, debido a la fuerte luz de la luna y a la oscuridad que invadía todo. La casa debía de ser de dos pisos, con sótano. Intenté recordar cosas tan livianas como mi nombre o de dónde era, pero no pude recordarlo. Debía de haberme pegado un golpe muy fuerte, pero a priori no lo notaba.

De repente, oí unos pasos lentos, muy pausados: parecía que a cada segundo se daba uno. Me quedé completamente inmóvil, escuchando, hasta que de pronto, lo pasos se detuvieron. Fui acercándome poco a poco a la puerta para girar el pomo y asomarme por ésta. En cada paso intentaba apoyar la menor parte de mi peso, porque el suelo era de madera, y con el silencio que había, se podía oír por toda la casa. Cuando estuve frente a frente con la puerta, extendí muy despacio la mano hacia el picaporte, cuando de pronto, se retomaron los pasos, y quien los estaba generando, emepzó a correr escaleras abajo. Cruzó por esta misma puerta, pude oírlo, y entonces tornó hacia la derecha. Salí corriendo, gritando que se detuviese y dijese quien era. Seguí sus paso hasta que llegué al salón, donde no había nadie. Los pasos habían cesado.

El salón era muy grande. Parecía el típico salón de familia americana. Tenía una gran ventana por la que entraba la luz de la luna, y grandes estanterías a los lados. Había un sofá pegado a la pared, una mesita en medio de la sala, y un gran televisor, de unas 40 pulgadas. El televisor estaba encendido, pero no se veía nada, sólo había estática.  






Entonces reparé en la mesita. Había una cinta de VHS, con una nota pegada a ella. La nota estaba toda rayada, y no se podía entender nada.
Cogí la cinta, la introduje en el reproductor de VHS que había debajo del televisor, y me senté en el sofá. La tele de repente se volvió negra. Después empezaron a pasar ondulaciones grises por ella, hasta que apareció el símbolo de Play en Verde arriba de la pantalla.

" A veces, ciertas personas pueden aparecer en lugares donde nadie debería estar jamás, a veces, las personas aparecen en...La noche se levanta"

Un texto en blanco y negro iluminó la pantalla con las palabras La Noche Se Levanta, que luego se cambió para dejar hablar a una persona vestida con traje.

"Muchas veces, el ser humano se pregunta dónde ésta. Dónde está usted, en este preciso momento. Evidentemente, usted sabe donde está, pero hay gente que no. El relato de esta noche, viene de una creencia popular sobre El Intruso.

Un otoño cualquiera, ocurrieron ciertos acontecimientos en la localidad de Bright Falls. De muy entrada madrugada, los vecinos fueron despertados por ruidos extraños procedentes de una casa. En el viejo acantilado de Bright Falls, algunos vecinos menos dormidos, lograron ver una casa. Una casa de bella estética, pero una casa que esa misma mañana, no había. 

Algunos con ganas de marcha y bastante más despiertos, llamaron a la policía para que acudiese allí. El sheriff del pueblo, cogió el coche de patrulla y se dirigió hacia allí. Cuando el Sheriff llegó al bosque que cubría la entrada del acantilado, encendió su linterna, aunque podía ver perfectamente, debido a lo resplandeciente que estaba la luna esa noche.

El sheriff estuvo caminando durante horas, pero no alcanzó la casa. El bosque le parecía idéntico. Fue entonces, cuando emepzó a escuchar voces.

-¡Oiga! ¿Hay alguien ahí?

-¡No, no puedes, no...Yo...Socorro!

-¡Escuche, voy hacía usted!

- ¡Socorro, él viene a por mí! ¡Y no va a dejarme salir!

- ¿Quién? ¿Quién va a por usted?

-¡El Intruso! Oh Dios...Oh Dios...No. ¡No,no,no,NO!

-¡Escuche, ya casi estoy!

-¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!

- ¡Aguante!

Pero cuando el Sheriff salió al final del acantilado...Allí ya no había ninguna casa.

Mucha gente cree que el Sheriff sólo tenía sueño. Pero otros creen que El Intruso es real. Mucha gente ha dedicado su vida a evitar al intruso. Si usted padece algo similar. Busque por la casa. Corra. No se quede quieto. Y no intente salir. No se puede, y sólo hará que le encuentre más rápido. Lo único que debe hacer es encontrar un espejo, eso es lo único que debe de hacer para parar al Intruso.

Pero... ¿Podrá hacerlo antes de que le coja?"

El vídeo se acabó, la estática volvió. y el reproductor expulsó el VHS. Completamente histérico y sudando, salí del salón hacia la puerta. Intenté abrirla pero estaba cerrada. Empujé del pomo con todas mis fuerzas, incluso empecé a aporrear la puerta. Entonces volví a escuchar los pasos. De forma lenta, pero estaban ahí.
 Corrí hacia la ventana del salón y le tiré la tele. La tele chocó como si chocara contra una pared, y el cristal ni se agrietó. Los pasos empezaron a aumentar la velocidad y escuché como andaba ya a un ritmo normal, aproximándose a las escaleras. Corriendo como alma que lleva el diablo, salí del salón, buscando el baño. 


Cuando lo encontré, vi que no tenía cristal, había sido quitado por alguien. Los pasos empezaron a  acelerar y ya andaban deprisa. Corrí hacia el sótano, y abriendo de golpe la puerta, bajé abajo. Una bombilla, colgaba al fondo de éste. Cuando la encendí, vi que solo había un par de tablones de madera, complementando a unas columnas, y el suelo ya no era de madera, era de tierra. Los pasos pasaron a correr y oí como estaban ya en el primer piso, dirigiéndose hacia aquí. Alcé la mirada y vi al frente un espejo, gigante, que estaba medio tumbado. El espejo parecía una televisión, pues se distorsionaba la imagen. Pero pude verme la cara. Mi cara era la del presentador. Y entonces, unas letras empezaron a aparecer en el cristal. Los pasos habían cruzado el baño y venían corriendo hacia el sótano. Ya los oía bajar.


"TÚ"

Noté como bajan el primer escalón.

"ERES"

Prosiguió bajando los escalones

"EL"

Ya había bajado
Al fondo, en el cristal, vi una figura oscura, totalmente negra, distorsionada, que tenía mi misma estatura, y que coincidía conmigo.

"INTRUSO"

No hay comentarios:

Publicar un comentario