viernes, 31 de mayo de 2013

ANÁLISIS: WipEout Pulse

Vuelvo para traer una entrada del otro blog, esta vez es un análisis de un juego de la portátil de Sony, WipEout: Pulse:


miércoles, 29 de mayo de 2013

Cómo deshacer lo que esta bien hecho

Como ya comenté, he continuado con el Blog de videojuegos, subiendo entradas de unagran extensión.

Os dejo la correspondiente entrada:





lunes, 27 de mayo de 2013

Análisis: Brink

Últimamente no paro de hacer análisis, y la verdad, me gusta mucho hacerlos de videojuegos.
Por eso hace poco me abrí un blog de videojuegos, pero me gustaría seguir poniendo aquí los análisis que haga en el otro blog.


El último que he hecho (el cual es la primera entrada del Blog) es del videojuego Brink, el cual a mi me decepcionó bastante.
Si lo queréis leer tenéis el enlace aquí

jueves, 23 de mayo de 2013

La mejor serie que he visto jamás.

Todos hemos visto una serie alguna vez en nuestras vidas. Aunque sea de pasada, quien más quien menos, todos hemos sido absorbidos por una serie. Yo soy bastante quisquilloso con las series, y muuuy pocas han logrado engancharme, podría decir uno o dos casos, todo lo demás son decepciones. Diría, por ejemplo, Lost (Perdidos), una serie que me encantó, aunque con un final bastante flojo. Pero pocas series más me han gustado, incluso la vitoreada Expediente X, me pareció muy floja. Diría The Twilight Zone (Más alla de la realidad), pero poco más. Y a día de hoy, mis esperanzas con las series eran más bien nulas, hasta que vi Death Note.


¿Pero qué demonios es esto? ¿Una serie japonesas de esas? ¿Pero cómo va a ser esto la mejor serie de la historia, si es como Pokémon, o Digimon?

No te dejes llevar por los estereotipos más claros del anime. A mi todavía no me termina de convencer el Anime, y fíjate que digo que ésta es la mejor serie que he visto. ¿Por qué? Bueno, hay razones para todo.



Esta serie me la han recomendado infinidad de veces, y aunque he intentado leerme el manga en el que se basa, se me ha echo muy tedioso y lo he dejado. Pero jamás había visto la serie, y decidí ponerme ha verla. Como argumento, tenemos a Light, un chico de japón apunto de entrar a la Universidad, que de pronto encuentra un cuaderno. Éste, afirma ser un Death Note, o Cuaderno de Muerte, y dice que si se escribe en él el nombre de una persona, morirá.

Evidentemente, Light no se lo cree, hasta que lo decide probar con un criminal, y para su sorpresa, descubre que es cierto. Éste es el argumento que podrás ver en el primer episodio, y no cuento nada más, que si no empiezo ya a hacer Spoilers.

Una de las mecánicas que más me atrajo es la de "No de superhéroes vive el hombre". El 90% de animes van de eso, de tipos que tienen una habilidad diferente a los demás y que con ella tienen que vivir una aventura. Pero es que Death Note no va de eso, no hay super héroes. Ya el mismo protagonista, es el  """Malo"""".

En el momento en el que escribo esta entrada digo que me he visto toda la serie, y es simplemente magnífica. Los secundarios son increíbles, y eres capaz de simpatizar hasta con un personaje que sale 2 segundos en pantalla. Pero sin duda lo mejor son los giros argumentales. Y cuando digo giros argumentales, me refiero a giros BIEN explicados, fundamentados, y giros que no esperabas para nada. Es decir, giros que ocurren cuando piensas que la acción se está desarrollando de forma normal, y de pronto te planta una importancia abismal en un detalle que no habías ni reparado en él. Es una serie única, inigualable, que no está a la categoría de ninguna otra, y cualquiera que se pueda quitar los prejuicios del Anime, disfrutará como nunca con ella.

Además, es sencillísima de encontrar. por YouTube creo que están todos los episodios.

Para finalizar, dejo esta imagen, de uno de los mejores episodios de la serie:


martes, 14 de mayo de 2013

EL INTRUSO

La historia del otro día me ha gustado bastante y he querido hacer otra historia, pero esta vez nada que ver con la anterior. Esta vez quiero hacer una historia de terror y suspense.


EL INTRUSO

Cuando desperté, noté un fuerte dolor en la cabeza, que durante unos segundos se hizo realmente fuerte, tanto que me hizo abrir los ojos. Al abrirlos, el dolor por arte de magia desapareció. 

Todavía con el cansancio en el cuerpo, intenté acostumbrarme al lugar en el que estaba. Todo lo que podía ver era oscuridad. Empecé a notarme las manos y los pies, y decidí incorporarme, de forma lenta. Al levantarme, pude ver una ventana a mi derecha, que dejaba entrar la leve luz de la luna. El lugar en el que me encontraba parecía una cocina corriente, ya que podía distinguir una encimera a escasos centímetros de la ventana. Todavía dolorido, levanté el estor de la ventana y pude ver un gigantesco bosque que se extendía rodeando la casa: a la derecha, vi la puerta, y un camino que penetraba en el bosque, pero no podía ver el final. Debían de ser las tres o las cuatro de la madrugada, debido a la fuerte luz de la luna y a la oscuridad que invadía todo. La casa debía de ser de dos pisos, con sótano. Intenté recordar cosas tan livianas como mi nombre o de dónde era, pero no pude recordarlo. Debía de haberme pegado un golpe muy fuerte, pero a priori no lo notaba.

De repente, oí unos pasos lentos, muy pausados: parecía que a cada segundo se daba uno. Me quedé completamente inmóvil, escuchando, hasta que de pronto, lo pasos se detuvieron. Fui acercándome poco a poco a la puerta para girar el pomo y asomarme por ésta. En cada paso intentaba apoyar la menor parte de mi peso, porque el suelo era de madera, y con el silencio que había, se podía oír por toda la casa. Cuando estuve frente a frente con la puerta, extendí muy despacio la mano hacia el picaporte, cuando de pronto, se retomaron los pasos, y quien los estaba generando, emepzó a correr escaleras abajo. Cruzó por esta misma puerta, pude oírlo, y entonces tornó hacia la derecha. Salí corriendo, gritando que se detuviese y dijese quien era. Seguí sus paso hasta que llegué al salón, donde no había nadie. Los pasos habían cesado.

El salón era muy grande. Parecía el típico salón de familia americana. Tenía una gran ventana por la que entraba la luz de la luna, y grandes estanterías a los lados. Había un sofá pegado a la pared, una mesita en medio de la sala, y un gran televisor, de unas 40 pulgadas. El televisor estaba encendido, pero no se veía nada, sólo había estática.  






Entonces reparé en la mesita. Había una cinta de VHS, con una nota pegada a ella. La nota estaba toda rayada, y no se podía entender nada.
Cogí la cinta, la introduje en el reproductor de VHS que había debajo del televisor, y me senté en el sofá. La tele de repente se volvió negra. Después empezaron a pasar ondulaciones grises por ella, hasta que apareció el símbolo de Play en Verde arriba de la pantalla.

" A veces, ciertas personas pueden aparecer en lugares donde nadie debería estar jamás, a veces, las personas aparecen en...La noche se levanta"

Un texto en blanco y negro iluminó la pantalla con las palabras La Noche Se Levanta, que luego se cambió para dejar hablar a una persona vestida con traje.

"Muchas veces, el ser humano se pregunta dónde ésta. Dónde está usted, en este preciso momento. Evidentemente, usted sabe donde está, pero hay gente que no. El relato de esta noche, viene de una creencia popular sobre El Intruso.

Un otoño cualquiera, ocurrieron ciertos acontecimientos en la localidad de Bright Falls. De muy entrada madrugada, los vecinos fueron despertados por ruidos extraños procedentes de una casa. En el viejo acantilado de Bright Falls, algunos vecinos menos dormidos, lograron ver una casa. Una casa de bella estética, pero una casa que esa misma mañana, no había. 

Algunos con ganas de marcha y bastante más despiertos, llamaron a la policía para que acudiese allí. El sheriff del pueblo, cogió el coche de patrulla y se dirigió hacia allí. Cuando el Sheriff llegó al bosque que cubría la entrada del acantilado, encendió su linterna, aunque podía ver perfectamente, debido a lo resplandeciente que estaba la luna esa noche.

El sheriff estuvo caminando durante horas, pero no alcanzó la casa. El bosque le parecía idéntico. Fue entonces, cuando emepzó a escuchar voces.

-¡Oiga! ¿Hay alguien ahí?

-¡No, no puedes, no...Yo...Socorro!

-¡Escuche, voy hacía usted!

- ¡Socorro, él viene a por mí! ¡Y no va a dejarme salir!

- ¿Quién? ¿Quién va a por usted?

-¡El Intruso! Oh Dios...Oh Dios...No. ¡No,no,no,NO!

-¡Escuche, ya casi estoy!

-¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!

- ¡Aguante!

Pero cuando el Sheriff salió al final del acantilado...Allí ya no había ninguna casa.

Mucha gente cree que el Sheriff sólo tenía sueño. Pero otros creen que El Intruso es real. Mucha gente ha dedicado su vida a evitar al intruso. Si usted padece algo similar. Busque por la casa. Corra. No se quede quieto. Y no intente salir. No se puede, y sólo hará que le encuentre más rápido. Lo único que debe hacer es encontrar un espejo, eso es lo único que debe de hacer para parar al Intruso.

Pero... ¿Podrá hacerlo antes de que le coja?"

El vídeo se acabó, la estática volvió. y el reproductor expulsó el VHS. Completamente histérico y sudando, salí del salón hacia la puerta. Intenté abrirla pero estaba cerrada. Empujé del pomo con todas mis fuerzas, incluso empecé a aporrear la puerta. Entonces volví a escuchar los pasos. De forma lenta, pero estaban ahí.
 Corrí hacia la ventana del salón y le tiré la tele. La tele chocó como si chocara contra una pared, y el cristal ni se agrietó. Los pasos empezaron a aumentar la velocidad y escuché como andaba ya a un ritmo normal, aproximándose a las escaleras. Corriendo como alma que lleva el diablo, salí del salón, buscando el baño. 


Cuando lo encontré, vi que no tenía cristal, había sido quitado por alguien. Los pasos empezaron a  acelerar y ya andaban deprisa. Corrí hacia el sótano, y abriendo de golpe la puerta, bajé abajo. Una bombilla, colgaba al fondo de éste. Cuando la encendí, vi que solo había un par de tablones de madera, complementando a unas columnas, y el suelo ya no era de madera, era de tierra. Los pasos pasaron a correr y oí como estaban ya en el primer piso, dirigiéndose hacia aquí. Alcé la mirada y vi al frente un espejo, gigante, que estaba medio tumbado. El espejo parecía una televisión, pues se distorsionaba la imagen. Pero pude verme la cara. Mi cara era la del presentador. Y entonces, unas letras empezaron a aparecer en el cristal. Los pasos habían cruzado el baño y venían corriendo hacia el sótano. Ya los oía bajar.


"TÚ"

Noté como bajan el primer escalón.

"ERES"

Prosiguió bajando los escalones

"EL"

Ya había bajado
Al fondo, en el cristal, vi una figura oscura, totalmente negra, distorsionada, que tenía mi misma estatura, y que coincidía conmigo.

"INTRUSO"

miércoles, 8 de mayo de 2013

La Ciudad de los Olvidados

Hoy me ha apetecido escribir algo, y creo que voy a escribir una historia corta. No creo que haga más episodios, pero vamos, que nunca se sabe.


LA CIUDAD DE LOS OLVIDADOS

Una hoja se cayó de un abedul y se fue moviendo entre el frondoso paisaje, mecida por el viento. la hoja siguió moviéndose mientras seguía el compás de éste. Siguió avanzando más y más, hasta que salió del bosque, y se posó en el suelo, completamente yerta. La hoja se quedó inmóvil. 

Lejos de ella, el trotar de un caballo hacía temblar la tierra. La arena se iba moviendo cada vez más por el camino que llevaba al bosque, en el que se apreciaba a la entrada, la hoja, colocada estratégica mente por azares del destino, aguardaba como si fuera un guardián impasible a cualquier suceso del exterior. Pero este guardián era frágil, y al pasar por ahí el caballo, la hoja salió dispara para perderse entre la hierba. El caballo, de trote ágil y veloz, avanzó por el camino del bosque. Un bosque, si cabe decir, de una gran hermosura, completamente florecido y con árboles tan altos que impedían que el sol entrase. 

Encima del caballo, estaba un jinete de una temprana edad. El joven, iba vestido de harapos: un trapo que hacía pasar por camisa y unos pantalones destrozados por el trabajo. De calzado usaba unas zapatillas que habían sido remendadas. Los antebrazos los llevaba cubiertos de vendas, pero no parecía que tuviese ninguna herida, pues agitaba las riendas del caballo de forma generosa. Y por encima de todo ello, una especie de poncho, de una gran tela, con hermosos encajes. Ésta última prenda, desencajaba con el resto de toda su ropa, pues parecía tejida por las costureras de algún rey o noble. El joven espoleó al caballo para que aumentase su velocidad, y después de unos minutos, acabaron saliendo fuera del bosque. 

El paisaje que había en el exterior no se parecía en nada a lo anterior visto. El extenso prado que se veía a la entrada del bosque seguía por unos pocos metros, para dejar pie a la aridez y al olvido. Lo único que ahora se podía entrever era arena.

El joven siguió caminando por el tenue camino, que ahora se diferenciaba débilmente del resto del paisaje, debido a la escasez de vegetación, hasta que en el horizonte se logró diferenciar unas figuras que le hicieron esbozar una sonrisa.

Cuanto más se acercaban el caballo y su jinete, más claras se volvían las figuras, y así, se podía observar que ante el joven se hallaban las ruinas de lo que en su día debió de ser una gran ciudad.

Cuando el joven llego a lo que parecía ser la entrada de ésta, detuvo el caballo, y lo dejó amarrado a una delgada columna de piedra. El muchacho se tomó la libertad de dedicar unos instantes a observar lo que le ofrecía la vista. Las ruinas, completamente desgastadas por la erosión, formaban calles y barrios completamente deshabitados.

El joven camino entre ellos, asombrado por la maravilla de los detalles de las ruinas. Cada trozo de piedra le resultaba más fascinante que el anterior. Siguió caminando hasta que llegó a una plaza, y para su completa sorpresa, encontró a un anciano sentado. La plaza, tenía en el centro una gigantesca fuente de una gran belleza, que en su día debió de ser un autentico espectáculo. 

El anciano, que no había percibido la presencia del joven, seguía sentado, absorto, como si no estuviera allí. El joven, completamente fascinado, se dirigió a él.

- Disculpe, buen hombre, busco la ciudad de los olvidados. Más creo que he fallado en mi cometido, pues decían que nadie habitaba las ahora desiertas calles de la ciudad.

El anciano, todavía absorto, tardó unos segundos en reaccionar:

- Todos lo que te alcanza la vista, eso es ahora la ciudad de los olvidados.- El anciano, que llevaba un ojo cubierto con vendas, levantó la cabeza - Y tus rumores son completamente ciertos, la ciudad ha estado siempre vacía.

- ¿Entonces vos no sois un residente de la ciudad?

- Jamás he dicho eso. - Dijo el anciano incorporándose- Yo siempre he vivido aquí, y esta fue la ciudad en la que me crié, pero cuando esta ciudad se metió en la decadencia, yo estaba muy lejos de aquí. Ahora, con media vida completa, lo único que puedo hacer es deambular por estas ya muertas calles que en su día albergaron vida.

El joven, viendo la nostalgia que presentaba el anciano, inclinó la cabeza hacia bajo, intentando replantearse su pregunta.

- Visto esto pues...¿Sería tan amable de responder a mis breves preguntas?

 El anciano se llevó una mano a los riñones.

- Dentro de la medida que me sea posible, sí.

Al joven se le dibujó una sonrisa en la cara.

- Bien, bien... La primera, y por deducción la más obvia, sería pues, ¿qué ocurrió con la hermosa ciudad?

El anciano, incorporándose de nuevo, se preparó para desempolvar sus recuerdos.

- Hace ya mucho... Que esta ciudad tomó por decisión aquello que le llevó a a su más profunda miseria. Una decisión, que amparada por los grandes sabios de la ciudad, y aceptada por los ciudadanos, les supuso el olvido.

- Ese punto quería comentar con vos...Ya que usted ha pertenecido a la ciudad, ¿también se olvidó de ella?

- Así es. Como por arte de magia, en un instante todos nos olvidamos de ésta ciudad. De su gente, de dónde vivimos... De todo. Sólo aquellos que nos sentíamos fervientemente unidos a la ciudad, fuimos capaces de entrever unos resquicios de ella, y con gran trabajo, logramos recordarla, a duras penas. Yo he sido la única persona que ha logrado volver aquí. 

- Una ciudad desparecida de la noche a la mañana...Por el olvido...

- Pero ahora, cuéntame, joven, cómo es posible que alguien que jamás ha podido oír hablar de éste lugar, ha logrado llegar a tal lugar.

-No se deje engañar por mis apariencias, buen hombre. Este trozo de tela que porto, - Dijo mientras señalaba su singular "poncho"- representa a la casta real. Como supongo que sabréis, el Sumo Monarca se educó en esta ciudad, famosa por ser la cuna de la inteligencia. Y como usted o como cualquiera que supiese de la ciudad, de repente, se olvidó de ella. Veintidós años ha pasado el Monarca recomponiendo en su mente pedazos de un mapa para logar llegar aquí. Hace tres meses que salí de la Ciudad Real, y temía al ver a vos, ésta no fuera la ciudad de los olvidados.

El anciano esbozó una sonrisa.

- No temas, joven, confirmarle a tu rey que ésta es efectivamente la ciudad de los olvidados. Me alegra ver, que al final, dos hombres que terminan sus vidas, se han logrado encontrar por un joven que está emepzando la suya...Ahora, quiero que marches y le comuniques al rey que la ciudad existe, pero que no puedes decirle el rumbo marcado. Guárdatelo para ti, y hazle ese favor a este pobre viejo.

- Dudo que el Monarca acepte eso como respuesta, y lo más probable es que me pregunte qué he encontrado en mi caminar.

-Si el rey te pregunta por qué no puedes decirle la ubicación, le dices que es la tumba de la persona que, junto a ti, encontró al ciudad de los olvidados. Ahora debes de marcharte, joven. Yo debo caminar entre las calles, hasta que cansado de la vida, me tumbe para afrontar la muerte. Y así con los años, las viejas paredes de piedra de ésta ciudad, caigan, como lo hacen los párpados un anciano al morir...Y entonces me entierren con su historia

- Pero cuénteme, ¿cuál es esa decisión que supuso la decadencia de tan hermosa ciudad?

-El querer vivir aislados, joven, sin tener que convivir con ningún otro pueblo. La ciudad pensó que sólo los retrasaba intelectualmente, y así, iniciaron un viaje por separado. Pero pronto observaron que para afrontar los desdichos de la naturaleza, es necesaria la ayuda del prójimo, y defendiendo su idea, fueron olvidados por todos.

El joven, con un gesto de resignación y respeto, se propuso a despedirse del anciano.

-Si vos no tenéis ninguna otra voluntad, entonces me voy.

- Así sea.

Y con el joven rehaciendo el camino ya dado, dirigiéndose hacia su fiel caballo, el anciano deja atrás toda su vida, y él también toma un camino, pero contrario al joven, un camino que lo lleva al interior de la ciudad, para al fin, descansar en paz.